top of page

Por fin otro Stradella inédito!

Debo confesar que con Alessandro Stradella no puedo ser objetivo. Admiro y degusto su música como la de pocos compositores. Y, además, tengo un respeto casi reverencial por su figura, por su posición nuclear dentro de la Historia de la Música. Nacido en Nepi, en 1639, se trasladó a Roma muy joven y allí debió de recibir su formación musical. Fue en la ciudad eterna donde desarrolló la primera mitad de su carrera, quizá la más brillante, hasta que, a partir de 1677, se trasladó sucesivamente a Venecia, Turín y Génova, donde murió asesinado en circunstancias hasta ahora no aclaradas. 

Aunque cronológicamente Stradella se sitúa en pleno barroco central, se anticipó a su tiempo en casi todo. En 1674 compuso la maravillosa serenata Amanti olà, olà!, que empleó por primera vez en la Historia la técnica orquestal de concertino-concerto grosso. Asimismo, probablemente fue el primero que compuso un aria da capo. Y, por encima de todo, empleó magistralmente, con profusión, el nuevo sistema armónico tonal, de reciente creación, logrando así un lenguaje mucho más moderno y rico que sus contemporáneos.

Su formación romana le marcó profundamente –apenas modificó su estilo al marchar hacia el norte– y no es para menos, ya que el ambiente musical en la sede papal era incomparable, merced, entre otras razones, a la presencia de Cristina de Suecia, retirada allí tras abjurar de su fe luterana y abrazar el catolicismo. El disco que gozosamente presento ahora está dedicado, precisamente, a una composición, la serenata La Forza delle Stelle, totalmente vinculada a la reina abdicada, quien elaboró el argumento, posteriormente desarrollado en versos por Sebastiano Baldini, para ser interpretado en la accademia fundada por Cristina, lo que aconteció en 1675. El argumento es muy simple: dos amantes, Damone y Clori (sopranos), desgranan con éxtasis las delicias del amor, mientras cinco personajes anónimos, cinco voces (dos sopranos, un contralto, un tenor y un bajo) glosan sus palabras aludiendo a diversas facetas del amor, ya felices, ya dolorosas. 

Stradella afronta el texto exigiendo una orquesta formada por dos concertinos y el grosso, lo que parece ser debido al emplazamiento de los amantes (en un balcón) y las otras cinco voces (a pie llano, en otra parte del escenario), lo que exigiría que cada uno contase con su propio concertino. Crea con estos efectivos una música bellísima, con espléndidas sinfonías llenas de juego contrapuntístico y tensión armónica marca de la casa, recitativos jugosos y expresivos, arias y duetos concisos con estupendos giros melódicos y conjuntos (tercetos y coros a cinco) de un magnífico estilo plenamente madrigalesco. 

La interpretación, a cargo del Ensemble Mare Nostrum, bajo la dirección de Andrea de Carlo, es muy conocedora, atenta, cohesionada, comprometida y competente. Quizá le falte una vuelta de tuerca, pero, sin duda, hace disfrutar de esta interesantísima composición.

 

Javier Sarría Pueyo

 

 
bottom of page